lunes, 29 de agosto de 2011

Ensayo de crimen y Castigo

La materia prima del escritor es su propia vida, sin bien la frase nos puede
sonar hecha, resulta cierta en casos como el de Dostoievsky, Moscú 1821-1881. Es
la época de los zares, del imperio ruso que gracias a Pedro el Grande, había
salido de su aislamiento para incorporarse a la Europa reformista. Los enciclopedistas
franceses, eran la lectura obligada de las juventudes rusas con hambre de
cambiar las estructuras feudalistas, que mantenían a la inmensa mayoría de la
población sumida en la miseria y la desesperación. Sin embargo la reforma
francesa devino en una revolución que costó la vida al Rey Sol y a su séquito.
Catalina la Grande, temiendo una suerte similar en su vasto imperio,
implantó un régimen autocrático. Cuando Dostoievsky habría cumplido cuatro años,
Rusia era gobernada por el zar Nicolás I quien había descubierto una
conspiración en su contra. La situación interna del país se había vuelto
insostenible. El zar respondió con censura y represión. A partir de ahí, y con
la consecuente sucesión de zares que negaban el avance al pueblo ruso, el caldo
de cultivo que antecede a los cambios sociales se expandía por todos los
territorios del país. Crimen y Castigo, fue madurada por su autor, durante su
cautiverio en Siberia. Dostoievsky fue acusado de conspirador y cumplió condena
en las remotas tierras de castigo del zar. La primera parte se publicó en el
Mensajero Ruso en 1866. El extremo realismo conseguido por Dostoievsky en su
descripción social, pero sobre todo interna, sino es que íntima de los
personajes, sólo lo pudo reproducir luego de experimentar en carne propia la más
radical pobreza.
La novela nos cuenta un crimen. Un crimen cometido por un joven y su subsecuente
lucha interna con sus emociones y delirios. La madre y hermana del asesino, tan
pobres o más que él, se debaten entre la duda y la desesperación.
Un dudoso pretendiente de la hija, y su antiguo patrón, conformaran una acción
física dentro de la novela sin perder un ápice de su contenido psicológico. Los
hechos se muestran sin ningún tipo de enjuiciamiento. El autor deja ser a los
personajes pues sabe que la credibilidad se logra con la honestidad. El flujo de
conciencia de Raskolnikov a lo largo de la novela, es una prueba de ello.

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